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El domingo 17 de diciembre, a las 17.30h, la catedral de Albacete acogerá el extraordinario concierto donde se ofrecerá la Misa en si menor de Juan Sebastián Bach, con Juan Luis Martínez dirigiendo a varios solistas y a la orquesta y coro de cámara Philomusica CLM. Extraordinario tanto por la magnificiencia de la obra, una de las más exigentes del repertorio coral, como por prepararse en buena medida con músicos de nuestro entorno más cercano, gracias al patrocinio de la Diputación de Albacete.

El director del coro Philomusica es Juan Francisco Sanz, nuestro profesor de piano y coro y uno de los principales responsables del proyecto. Forman parte del grupo instrumental los profesores del centro Guillem Calpe (oboe), Ana Mª López-Pintor y Javier Sánchez (violines) y del coro los profesores Toñi Beltrán y Sergio Alonso y los alumnos Teresa Valero y Diego Ramia, además de un buen número de antiguos profesores y alumnos.

Éstas son las notas al programa, redactadas por Juan Francisco Sanz:

«La Misa en Si menor de Bach,declarada “Patrimonio documental de la Humanidad” por la UNESCO en 2015, es, sin duda, una de las grandes obras maestras de la historia de la música, todo un desafío para una agrupación vocal no profesional. El director español Jordi Savall sostiene que «La Misa en Si menor forma parte del testamento musical de Bach y resume su filosofía. Abordar la Misa constituye un auténtico desafío para cualquier intérprete puesto que la dimensión espiritual y estética de la obra y su perfecto equilibrio entre virtuosismo, emoción, pureza y elocuencia alcanzan unos niveles de lenguaje musical extremos que la sitúan en la dimensión más elevada y más universal jamás alcanzada por el hombre. Esta obra resume el saber de toda una vida en la que el pasado (stile antico) y el presente (barroco y galante) se combinan para permitirnos entrever el futuro de un lenguaje musical verdaderamente universal y trascendente». Thomas Hengelbrock especialista en repertorio barroco, por su parte, recomienda a sus músicos que, cuando la interpreten, «recuerden que esta música es un diálogo con lo divino. No importa si creen en Dios o no: tienen que pensar en la idea de lo absoluto».

Aún en la actualidad, existe cierta controversia en torno a su creación que se prolongó durante alrededor de veinte años, de hecho, Bach finalizó su composición durante los dos últimos años de su vida. Está configurada por varias composiciones que, en principio, concibió de forma independiente, y más tarde reelaboró hasta completar la Missa tota añadiendo las partes del ordinario que faltaban en torno a 1748-49. Es también relevante señalar que el hecho de que un compositor luterano escribiese una misa completa con texto en latín, era algo realmente inusual en el siglo XVIII.

El 27 de julio de 1733, Bach envía al príncipe Federico Augusto II, príncipe electo de Sajonia, un Kyrie y Gloria, que denomina misa luterana o Missa breve. A diferencia de la católica, no incluye el Credo, Sanctus y Agnus Dei. Esta partitura formaba parte de la solicitud del compositor de Eisenach para un puesto de compositor de la corte, nombramiento que no llegaría de forma efectiva hasta 1736. Durante los doce años posteriores se pierde la pista sobre el ulterior desarrollo de esta obra. En algún momento Bach, decide, tomando como punto de partida la Missa breve de 1733, completar su Gran Misa católica. Sabemos que el Sanctus, por su parte, se había compuesto para los servicios religiosos de Leipzig el día de Navidad de 1724. Los musicólogos Alfred Dürr y Georg von Dadelsen pudieron demostrar que las restantes partes fueron escritas en los últimos años de su vida 1748-49.

A la muerte de Bach, la mayor parte de sus pertenencias pasaron a manos de su hijo Carl Philipp Emmanuel, en el catálogo de este último, se incluye lo que denomina Gran Misa Católica.

La misa en si menor está repleta de parodias y reelaboraciones de otras composiciones previas, una práctica muy extendida en la época, el Kyrie inicial se basa en la cantata Wir danken dir Gott BWV 29, el Qui tollis peccata mundi es una reelaboración de la cantata Schauet doch und sehet BWV 46, el Crucifixus de Weinen, klagen, Sorgen, Zagen BWV 12, etc.

La estructura de la misa se articula en cuatro secciones, a diferencia de la tradicional división en cinco de las misas polifónicas. La música de Bach en general, la misa en Si menor no es una excepción, está repleta de simbología y figuras retórico-musicales como la suspiratio (suspiros a modo de súplica) del Kyrie inicial. La simetría estructural del Credo, a modo de espejo con el Crucifixus en el centro. O el impresionante Crucifixus que basado en un tema de passacaglia presenta de nuevo varias fi- guras retóricas como el passus duriusculus (paso difícil) que se percibe ese bajo que se mueve de forma tortuosa cromáticamente mientras las voces presentan un motivo donde, de nuevo, podemos percibir los suspiros y dolorosas imitaciones. La palindromía en las notas que forman el tema inicial de Et resurrexit, etc.

Es todo un reto, una gran responsabilidad y un honor para Philomusica CLM, poder presentar una de las más grandes obras de la historia de la música de todos los tiempos en nuestra ciudad, donde nunca ha sido interpretada, hecha por profesionales de la música de nuestro entorno y compartirla con el público de Albacete, donde es casi imposible escuchar en directo este tipo de repertorio tan maravilloso, tan solo al alcance de algunas orquestas y coros profesionales, los mejores grupos especializados en música antigua y los principales teatros y ciclos de música de nuestro país. Es este un proyecto que lleva fraguándose años y que ha precisado, especialmente en la parte vocal, de un enorme es- fuerzo de meses de aprendizaje, ensayos y trabajo personal que por fin ve la luz en el día de hoy. Queremos agradecer la confianza depositada por la Diputación de Albacete en este programa y en nuestra agrupación, la única de Castilla-La Mancha concebida desde su génesis como un grupo vocal e instrumental.»

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